domingo, 5 de mayo de 2013

Estupidez humana

Cuando lo pienso, la verdad es que somos bastante "poco inteligentes". Y ahora mismo hablo por mí, no solo por los bajones de los que os hablé -hace ya mucho en este blog- que digamos que son menos graves y frecuentes que el pasado año, si no por otro tema que muchas veces creía tener zanjado. Pero es más fácil creerlo que tenerlo en realidad.
Una parte de mí -menos de la que en realidad debería de haber- desea pensar como mi hermano, que no le afecten esos temas, pasar olímpicamente, poder oír hablar del tema (haciendo bromas o no) sin que luego le muerda la dulce voz de la conciencia... En contraposición, luego está otra parte que no, que ve que bueno lo pasado, pasado está y que hay que dar segundas -en este caso ya incontables- oportunidades. El problema no es que una parte de mi "perdone", el verdadero problema es que esa parte tiene muchísima más fuerza que la otra, cuando es minoritaria esta "estúpida" parte.

¿Y por qué os cuento este rollo? Os preguntaréis claro... Pues porque estoy harto, realmente harto, de que de señales de vida cuando a él le interesa (por los motivos que sean), pero ya, que ni se acuerde de felicitar a su hijo... Y no me jodió por el hecho de que me ofendiera que alguien no me felicitara, ni mucho menos, fue el hecho de que él volviera a saber de mí gracias a mis esfuerzos, a que digamos no fuera como han sido todos, que he estado dispuesto de hacer como si no hubiera pasado nada...de que tu propio padre ni se acuerde del día que su hijo nació. Quiero evitarlo, pero me es imposible que no me afecte, ojalá no lo hiciera.

Por esto va esta entrada, porque más de una vez somos estúpidos -demasiado-, porque ojalá fuera fácil ser como una máquina (sólo para estos casos), porque el no poder controlar ciertos sentimientos hacia ciertas personas que no se los merecen te hacen sentir más estúpido todavía. 

Porque, por desgracia o beneficio, somos personas llenas de sentimientos.